Cap.1º 20 de noviembre de 1975

Aún no he llegado a esta parte de esta no tan larga historia, pero te dejo este apunte para que te hagas una muy ligera idea de por donde irán los tiros.

Son aproximadamente las 07,30h de un día cualquiera de noviembre del año 1975 y, como es costumbre desde la enfermedad del "Jefe del Estado", -a la postre Dictador, etc... que ya lleva unos días agonizante-, reunidos en torno a nuestra familiar "mesa camilla" y con la pantalla de aparato de televisión -aún en blanco y negro- frente a frente, esperando las últimas noticias. Mientras, nos preparamos para salir de casa destino al colegio, nos embotamos con un suculento café, unas tostadas de pan y aceite o mantequilla con azúcar. Además, como venía siendo habitual en estos raros días, nos acompaña el entonces "novio de mi hermana", Ignacio, que presumiblemente la acompañará al salir de casa hasta su puesto de trabajo -creo recordar-.

No recuerdo si hacía buen tiempo o no, aunque si recuerdo el ir y venir apresurado de mi madre de la cocina a "la leonera" -nombre de la habitación donde nos reuníamos- por aquello de acabar rápido y sentarse con nosotros. De pronto, comienza la emisión del programa oficial, previo himno nacional, emitido desde la RTVE, -la única de aquellos tiempos- apareciendo el presidente del gobierno, Carlos Arias Navarro, a quién se apodaban "el seita", según decían, por el parecido entre su rostro, flanqueado por sus pabellones auriculares, a modo de las puertas abiertas de aquel coche familiar y tan español.

Ya su rostro "anunciaba lo peor" que nos podría anunciar. Serio, con aspecto sombrío -quizás por el color de la pantalla- tras unos segundos, comenzó a hablar... "Españoles, Franco, ha muerto..." <(enlace a vídeo) y sus palabras comenzaron justo mientras Ignacio se acercaba la taza de café a los labios, quién con un "coño..." y un movimiento torpe, acabo por derramarse el café muy caliente sobre "sálvese las partes"... Nunca sabré si el brinco que dio del asiento se debió a la noticia o al calor que seguro inundo su pantalón y "zonas anexas". Ni recuerdo cual pudo ser la reacción del resto de nosotros, a parte de las risas por "el baño caliente" de Ignacio, entonces solo conscientes de vivir un momento que seguro marcaría un antes y un después de aquella aparición casi fantasmal. Aunque seguro que Pepe, el tercero en la saga, se alegraría pensando en las vacaciones.

Ese día, justo en aquel momento, comenzaron los peores momentos de una nación a hasta entonces unida ante una única bandera, un único mapa geográfico, bajo una "única lengua", y naturalmente, tras el momento histórico emitido en directo, por cojones, por el miedo y la desazón ante un futuro incierto por la "posible reacción de los militares"... Todo era esperanza sazonada con el resquemor del poder aún en manos de otros tantos poderosos grupos bien diferenciados, algunos uniformados, hasta entonces compartiendo el poder central. Los curas, los militares y los siempre "poderosos" o qué serian de capaces de provocar con el único fin de mantener su estatus siempre por encima del españolito corriente.

Incluso se hablaba de otra guerra civil!

Aún, la gran mayoría de los españoles, no sabíamos nada de esos otros, "Los Otros", ahora casta ya entonces preparando sus acciones para llegar e infiltrarse entre "el pueblo", a los que ya vendían lisonjas, derechos e ideas demasiado idealistas y utópicas para esconder lo que a la postre se ha descubierto como su verdadera intención, cambiarnos una dictadura por otra disfraza de lo que, aún hoy, nos venden como Democracia....

...Seguiré...

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